Acompañar la soledad
-15 años del servicio de atención telefónica a mayores- “Hablar con ustedes me salvó la vida”. Así les agradeció aquella mujer que supo buscar ayuda con la última bocanada de esperanza que le quedaba. Tomó el teléfono, marcó el número y, del otro lado, una suave voz la abrazó para sumirse en el más…
-15 años del servicio de atención telefónica a mayores-
“Hablar con ustedes me salvó la vida”. Así les agradeció aquella mujer que supo buscar ayuda con la última bocanada de esperanza que le quedaba. Tomó el teléfono, marcó el número y, del otro lado, una suave voz la abrazó para sumirse en el más cálido de los rescates.
“Afirmarse en alguien, aunque sea extraño, hace bien”. ¡Pues claro! Si cada vez que me estoy por hundir resuena en mí el sonido del timbre que me amparó. Ese día en el que Raquel apareció para robarme minutos de compañía junto a un rico pedazo de torta y un té que sabía a calma y caricias.
En la Ciudad de Córdoba hay un lugar que (res) guarda vidas. Y no es, precisamente, un hospital. Sino más bien, un espacio socio cultural y recreativo para personas mayores conocido como Cepram*. Allí funciona hace 15 años la Atención Telefónica a Mayores (ATM). Un servicio de voluntariado que tiene como objetivo acompañar a personas mayores que se perciben solas. Atendido por pares, regala tiempo y escucha; recursos absolutamente escasos por estos tiempos.
La escucha como salva vidas, como guarda vidas. Como paragolpe del colapso. Tan obvia y escasa a la vez. Como ese WhatsAap que llega en el momento indicado; como ese mimo que se posa suavemente; como esa palabra que alienta, estimula, invita; como esa expresión que toma vuelo cuando podemos decirla, esbozarla, invitarla a disfrutar; como “eso” tácito que llega para ser nombrado, que busca aparecer, tomar forma y reinventarse; como esa soledad que acecha y cobija a la vez. Esa soledad que trasforma las oportunidades y nos invita a barajar y dar de nuevo. La escucha… la del valiente que llama, la del osado que presta el oído y viceversa.
“Hoy me levanté con nuevos bríos. Gracias por tus consejos. En algunos momentos en que mis piernas parecen no acompañarme para salir, o está muy frío o hace demasiado calor o no tengo dinero para tomarme un taxi, el teléfono es el único medio que tengo para comunicarme”. Una ventana, una puerta al mundo. Una mano que nos rescata y nos ubica nuevamente en el lugar de mayor perspectiva. Porque no hay nada tan grave, tan triste, tan desalentador, tan tirano, que no se contrarreste con amor.
Y así fue como elegí celebrar hoy los 15 años del servicio de Atención Telefónica a Mayores del Cepram. Poner en valor una idea que ofrece palabras que cuidan, que calman, que hacen ruido en las tardes de sórdidos silencios.
¡Felicitaciones a todas las personas que desde el 2003 han sostenido este servicio gratuito! En especial a Andrés Urrutia, el Director del Cepram y, a través de él, a los 30 voluntarios y voluntarias que lo mantienen activo.
Si te sentís solo, sola y sos una persona mayor, llamá gratuitamente al 0800-444-4433 o al 0351-4510100. De lunes a viernes de 10 a 13hs. y de 15 a 18hs. Seguro… ¡seguro! hallarás esa palabra justa para renovar tus deseos de seguir disfrutando de la vida.
-Andrés, ¿con qué canción identificarías al servicio de ATM?, le pregunté.
-Con “De mi”, me respondió.
Acá va nuestro regalo para tod@s ustedes. ¡Gracias!
Porota.
Porota sos vos, soy yo, somos todas y todos
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*Centro de Promoción del Adulto Mayor